El 20 % de las pruebas realizadas en España no están justificadas
La UE acaba de aprobar una directiva, pendiente de publicación, con la que se dispone a controlar el exceso de radiación médica al que están sometidos los ciudadanos. La idea es que a cada persona se le abra un historial dosimétrico en el que constará el acúmulo a lo largo de su vida por radiografías, TAC (tomografía axial computarizada) y otras pruebas. Una vez que la directiva esté publicada, los Estados tendrán dos años para adaptar sus propias normas.
Este sistema de protección radiológico ha sido bien recibido por los profesionales, que consideran necesario controlar el exceso de pruebas que se realizan en España, especialmente en Galicia. Carmen Villalba, jefa del servicio de Radiodiagnóstico del Hospital Clínico, confirma que «más del 20 % de las que se piden en el país no están justificadas», y además cita datos del Sergas para precisar que «Galicia está un 10 % por encima de la media estatal en radiografías, y un 32 % en TAC».
«Es muchísimo», sentencia la experta, que recuerda que, «en el mundo, el cáncer por el uso de avances radiológicos ha aumentado considerablemente». La tecnología ha evolucionado, y eso es «positivo» porque permite un grado de visualización de los órganos «enorme», pero el problema, advierte, es que «ha aumentado la dosis de radiación, que es nociva por acumulación» a medio y largo plazo. Por eso es necesario «controlar» estas técnicas, que deben estar justificadas por la ecuación riesgo-beneficio para el paciente y optimizarse al máximo.
Proyecto piloto en el CHUS
«Lo normal es que la normativa marque unos parámetros de radiación para cada prueba, que hoy no están establecidos», dice. Es probable que actúe además sobre los aparatos, pues ya es posible introducir sistemas que reduzcan la dosis del TAC sin perder calidad de imagen. Villalba cita asimismo un estudio publicado en The Lancet, que calcula que la radiación tomográfica podría representar unos setecientos casos de cáncer al año en el Reino Unido».
El País Vasco ya está efectuando este control en niños, y el CHUS compostelano puso en marcha en febrero del 2012 un sistema de historial dosimétrico similar al que se dispone a instaurar la UE. Ya están conectados 70 equipos, entre los que figuran los dos TAC del Clínico, el de Conxo y el de Barbanza. «Puede parecer poco -ilustra Miguel Pombar, jefe del servicio de Protección Radiológica del CHUS-, pero los cuatro TAC representan la mitad de las dosis que recibe en un año nuestra población de referencia». Es decir, que el 50 % de las radiaciones del área de trabajo de Santiago están controladas por el programa informático, que obtiene de los aparatos datos de los niveles aplicados. Desde la fecha de arranque del proyecto estamos hablando de más de 35.000 TAC, más de 300.000 radiografías y casi 2.500 estudios de hemodinámica cardíaca, en los que el paciente asume también una dosis alta de radiación.
Hay que tener en cuenta que la cantidad varía no solo en función de la prueba, sino también de cada persona. «El haz de rayos tiene que atravesar el cuerpo, e inevitablemente el obeso recibe más que una persona delgada», precisa Pombar.
El experto está pendiente del texto de la directiva europea -conoce ya el borrador-, pero no cree que al final se imponga una «obligación muy rotunda» a los Estados, porque habría alguno «con dificultades para ponerlo en práctica. Pero lo importante es que «en España, que tendrá dos años para adecuarse a la normativa, sí se va a avanzar a nivel legislativo».
Para Pombar «es clave mantener bajas las dosis». A diferencia de lo que sucedía hasta los años ochenta, «por exploración médica recibimos ya más radiación que por el fondo radiactivo natural»; es decir, la que acumulamos por los materiales del suelo, un dato que en Galicia es elevado por la masiva presencia de granito.
Fuente: lavozdegalicia.es
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